domingo, 11 de noviembre de 2007

DESPEDIDA (Para vos)

Entre mi amor y yo
han de levantarse trescientas noches
como trescientas paredes
y el mar será una magia entre nosotros.

No habrá sino recuerdos.
Oh tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo...
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes.




Jorge Luis Borges, 1923
EL REMORDIMIENTO

He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.

Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida

no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.

Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.




(Jorge Luis Borges)

domingo, 4 de noviembre de 2007

Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón

tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor

sin un temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos

estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición

mis huéspedes concurren
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos

pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman

como víveres
que buscan a su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada

las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada

ya mi rostro de vos
cierra los ojos

y es una soledad
tan desolada



El Gran Benedetti.
Oliveira canturreaba el tango. La Maga chupó la bombilla y se encogió de hombros, sin mirarlo. -Pobrecita-, pensó Oliveira. Le tiró un manotón al pelo, echándoselo para atrás brutalmente como si corriera una cortina. La bombilla hizo ruido seco entre los dientes.

-Es casi como si me hubieras pegado -dijo la Maga, tocándose la boca con los dedos que temblaban-. A mi no me importa, pero...
-Por suerte te importa -dijo Oliveira-.. Si no me estuvieras mirando así te despreciaría. Sos maravillosa, con Rocamadour y todo.
-De qué me sirve que me digas eso.
-A mi me sirve.
-Si, a vos te sirve. A vos todo te sirve para lo que andás buscando.
-Querida -dijo gentilmente Oliveira-, las lágrimas estropean el gusto de la yerba, es sabido.
-A lo mejor también te sirve que yo llore.
-Si, en la medida en que me reconozco culpable.
-Andáte, Horacio, va a ser lo mejor.
-Probablemente. Fijáte, de todas maneras, que si me voy ahora cometo algo que se parece casi al heroísmo, es decir que te dejo solo, sin plata y con tu hijo enfermo.
-Sí -dijo la Maga sonriendo homéricamente entre lágrimas-. Es casi heroico, cierto.
-Y como disto de ser un héroe, me parece mejor quedarme hasta que sepamos a qué atenernos, como dice mi hermano con su bello estilo.
-Entonces quedáte.
-¿Pero vos comprendés cómo y por qué renuncio a ese heroísmo?
-Si, claro.
-A ver, explicá por qué no me voy.
-No te vas porque sos bastante burgués y tomás en cuenta que pensarían Ronald y Babs y los otros amigos.
-Exacto. Es bueno que veas que vos no tenés nada que ver en mi decisión. No me quedo por solidaridad ni por lástima ni porque hay que darle la mamadera a Rocamadour. Y mucho menos porque vos y yo tengamos todavía algo en común.
-Sos tan cómico a veces -dijo la Maga.
-Por supuesto -dijo Oliveira-. Bob Hope es una mierda al lado mío.

...





Capítulo 20 - Rayuela - Julio Cortázar.



Echar un vistazo, Una Maravilla, Sí señor!

jueves, 1 de noviembre de 2007

Yo que sostuve la agitada trama
del verso escrito al borde del abismo,
siempre volví la espalda al cataclismo.
Yo soy la que no está. La que no te ama.

Yo que alumbré con pertinaz ausencia
tu visión de poeta endemoniado
respondí a cada agónico llamado
con la misma estelar indiferencia.

Soy Hidra que venció, fiera salvaje
que al héroe despedaza y atormenta
pero recibe a cambio un beso tierno.

Te pregunto: ¿no es cruel el homenaje?

¿No esconde acaso la mayor afrenta?
Muchas puertas, mi amor, dan al infierno.




Habla Laura - El libro del Fantasma - A. Dolina

domingo, 28 de octubre de 2007

Cómo gasto papeles recordándote,
cómo me haces hablar en el silencio,
cómo no te me quitas de las ganas
aunque nadie me ve nunca contigo.

Y cómo pasa el tiempo
que de pronto son años
sin pasar tú por mí, detenida.





S. Rodriguez.

viernes, 19 de octubre de 2007


Tan lejos y tan cerca como el río y el chopo. El uno andando y el otro quieto. Juntos pero indiferentes como el árbol y el viento. El uno en lo alto del monte y el otro huye... Adiós, adiós amor mío y suerte. Cuando uno no quiere no se puede hacer un huerto donde hay una era, ni cuando es oscuro hacer nacer el sol ni seda del raso, ni de un atajo se puede hacer un camino.

El trigo no nace sin semilla y está vacío el granero. Por eso antes de que llegue el nuevo día me iré hacia donde sea.
Adiós, adiós amor mío y suerte. Y no padezcas nada si pasado mañana has de lavar una sábana mía. No se dará cuenta aquel que vendrá a calentar la cama que dejo vacía.